Gonzalo Roldán, recientemente egresado de la carrera de ingeniería electrónica de la Facultad Regional Paraná de la UTN, fue seleccionado por la Academia Nacional de Ingeniería y será distinguido entre los mejores egresados de todas las ingenierías del país, en el acto que tendrá lugar el próximo 7 de diciembre, en el Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina.
La Academia Nacional de Ingeniería, desde 1993, otorga un premio orientado a distinguir a los egresados sobresalientes de las carreras de Ingeniería que se dictan en universidades del país, sean nacionales, provinciales o privadas, reconocidas por el Estado Nacional. Se trata de evidenciar públicamente a quienes se hayan destacado por su capacidad y dedicación al estudio durante su carrera universitaria, alcanzando un nivel sobresaliente.
Los candidatos considerados para estos premios deben ser ingenieros egresados con un promedio igual o superior a ocho puntos y que lo hayan conseguido como alumnos regulares, en los años establecidos como normal para la carrera. Entre los egresados destacados, superando con holgura los parámetros descriptos, se encuentra Gonzalo Roldán.
Gonzalo es santafesino, tiene 26 años y defendió su trabajo final, junto a Martín Colignón, en el mes de marzo, alcanzando de esto modo la última exigencia académica para acceder al título de ingeniero electrónico. Ya el desarrollo de ese proyecto –la automatización de una planta para la elaboración de cerveza artesanal- mereció un espacio destacado en medios de comunicación locales.
Con un promedio de 9.15 y en tiempo perfecto, Gonzalo completó su camino sin haber tenido la experiencia de un aplazo en un examen final. No salió mal nunca y apenas si recuerda tropezones en dos parciales.
Entre las explicaciones que ensaya para dar cuenta de un trayecto ideal por la universidad, hay por lo menos dos aspectos que le parecen centrales más allá del esfuerzo personal y la capacidad de estudio. El primero, considera, es la “buena base” recibida en la Escuela Industrial Superior de Santa Fe que le permitió un ingreso sin mayores complicaciones a la vida universitaria. El otro aspecto lo presenta en mayúsculas y se podría traducir en trabajo en equipo, pero va un poco más allá de eso también.
“Creo que las cosas se dieron así gracias a un grupo de amigos que hice acá, llevamos la carrera bastante pareja, juntos y ese fue el gran sostén para terminarla a tiempo. Cuando uno se iba quedando, tenían al resto que tiraba para adelante. Es un factor de ayuda y de motivación permanente”, define.
Junto a sus amigos de la facultad, además, se fue de viaje en los recesos invernales de 2014 y 2015 a recorrer Sudamérica, todo lo que alcanzara el tiempo y los recursos a mano. La primera vez llegaron hasta Ecuador, luego de pasar por Bolivia, Perú y el norte argentino. En la segunda oportunidad alcanzaron a vivir una experiencia en Colombia.
El otro viaje que Gonzalo tiene a mano entre los recuerdos próximos es mucho más lejano y, en el fondo, guarda relación directa con las ganas de hacer en ingeniería.
A través del contacto propiciado por el docente José María Triano, supieron que el INTEC, de Santa Fe, necesitaban replicar una máquina que no tenían ya modo de comprar.
“Encaramos ese trabajo para usarlo como proyecto final, estuvimos haciendo muchas pruebas. Es el medidor de tamaño de nanopartículas. Pero teníamos problemas con el sensor, porque no conseguíamos el elemento con el cual medir tan bajos niveles de intensidad. Entonces se me ocurrió contactar a universidades de Europa”, comenta.
Gonzalo escribió más de 30 mails buscando alguna universidad donde funcionara un departamento que se ocupara de trabajar con sensores de fotodiodos, hasta que recibió una respuesta favorable desde Irlanda.
“Justo el decano de la facultad de ingeniería eléctrica y electrónica de Cork (Iralnda), Alan Morrison, se había especializado en fotodiodos. A la semana me contestó que me podía recibir y que estaba interesado en ayudarme con el proyecto”.
En agosto de 2016, viajó a Cork, trabajó en un laboratorio de un gran complejo universitario y finalmente se contactó con una empresa que fabrica esos sensores y por interés en el proyecto envió dos muestras gratis a Paraná. Gracias al desarrollo del medidor de nanopartículas Gonzalo, junto a Martín Colignon y Ayrton Patiño, tendrán la posibilidad de participar en el foro internacional de ciencia de Abu Dabi, en los Emiratos Árabes, en 2019.
Antes de eso, este 7 de diciembre, Gonzalo Roldán tendrá que viajar a Buenos Aires. Ese día, en en el Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina, recibirá la distinción que solo reciben los mejores promedios entre los egresados de ingeniería de todo el país. Será uno de los destacados.
“Es un premio a un esfuerzo que considero que no es solo mío, un trabajo que fue en conjunto por el modo de estudio con mis compañeros y me encantaría compartirlo con todos ellos. Para alcanzar esta distinción, no solo debías tener un buen premio, sino además haber hecho la carrera a tiempo y yo no sé si lo hubiese logrado sin ellos”, dice Gonzalo.